martes, 13 de mayo de 2008

Los prestamistas

Hagan una prueba.
Vayan a cualquier tienda de ropa, ya sea de hombre o mujer, e intenten encontrar alguna prenda que no esté escrita en inglés. Les aseguro que no tendrán más remedio que desistir en el intento.
Diariamente nos cruzamos con jovencitas y no tan jovencitas; con chavales y hombres seniles ataviados con serigrafías, logotipos o simples letras cuyo significado a veces desconocen.
Me llena de rabia observar con impotencia cómo nos cargamos nuestro idioma utilizando términos ingleses que reemplazamos por el equivalente español sin titubear: parking por aparcamiento, hobby por afición, overbooking por atasco...
La encrucijada tecnológica hace a veces inevitable la colisión y el contacto de dos lenguas, pero hemos de recordar que en esta lucha tenemos mucho que ver los hablantes, que seremos quienes finalmente perpetuaremos la supervivencia o no de la palabra a través del uso.
El diccionario panhispánico de dudas aconseja no usar términos de un idioma extranjero cuando hay un vocablo disponible en nuestro idioma con el mismo significado.
Mis ideales distan mucho de ser conservadores, pero yo les diría a nuestros casi vecinos anglosajones que no sean tan solidarios a la hora de cedernos sus vocablos, que ya tenemos a los prestamistas grecolatinos y no nos cambiamos la chaqueta tan fácilmente.

1 comentario:

Pedro Navarro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.