martes, 30 de diciembre de 2008

"Caga i menja", la dieta equilibrada de DALÍ

El excéntrico y genial pintor Salvador Dalí, en su libro (has leído bien, en su libro) Diez recetas de inmortalidad imagina un curioso sistema para que el ser humano se autoabastezca a sí mismo, mediante una cadena en que todos nos alimentamos en un perfecto orden (desde la perspectiva del genio catalán, claro).

«Desde mi más tierna infancia, probablemente hacia la edad de seis años, mucho antes de la masturbación, me interesaba mucho por el bien de la humanidad, y tenía sueños sociológicos para que todo el mundo fuera feliz. Me veía siempre aclamado en lo alto de los monumentos públicos por multitudes agradecidas y las lágrimas me llenaban los ojos al ver que les prestaba tan grandes servicios. Después, una vez vacilé ―la primera vez―, me dije: "La humanidad ya no me interesa". Y comencé a interesarme por mi propia bita y mis propios problemas sexuales; la humanidad pasó entonces de una gran estima por mí, a un desprecio casi total. Pero en la época en que aún amaba la humanidad, inventé lo que llamé "el sistema caga i menja", es decir, "el sistema caga y come".»
«He aquí , como le hubiera gustado a Stendhal, con detalles exactos: las Torres de la Inmortalidad ―cada ciudad debería eregir una―. estaban imaginadas según la Torre de Babel de Brueghel. Cada habitante que deseaba defecar lo hacía directamente y jerárquicamente sobre el habitante del piso inferior, que deseaba nutrirse. El ser humano, por unos métodos de perfeccionamiento espiritual y alimentario, producía una defecación semilíquida en todo comparable a la miel de las abejas. Los unos recibían en la boca la defecación de los otros y éstos la cagaban a su vez... Ello aseguraba, desde el punto de vista social, un equilibrio perfecto. Además todo el mundo se alimentaba sin necesidad de trabajar. No veía nada cómico en esta teoría y creía en ella firmemente. Pero cuando hablé con un estudiante de medicina, éste me dijo que los excrementos humanos, desprovistos de todas sus vitaminas, proteínas, etcétera, no tenían ningun valor nutritivo. Entonces abandoné mis sueños sobre la Torre de Babel de la Inmortalidad, la cual, a la inversa que la de la Biblia, no pretendía agujerear el cielo, sino encontrar la Inmortalidad en la tierra.»



3 comentarios:

Tomás Rodríguez Reyes dijo...

Hola, Juan soy Tomás. Como nos vimos en la Feria del Libro de Jerez he pensado en dejarte mi comentario en forma de saludo y de invitación. Salud, Juan.

Valero dijo...

quillo, pon nueva entrada no?

JUAN F. SÁNCHEZ dijo...

No veas, me acabo de dar cuenta de que no veo esto desde 2008. Vaya tela. ¿Ahora que se pone?¿Gracias por los comentarios? Jejejej.
La verdad es que este blog quedó abandonado a su suerte.
Saludos, amigos.